sábado, 15 de septiembre de 2007

Depresión..

un mal de la vida moderna

Lo que las mujeres necesitan es aprender a sustentarse a sí mismas. Necesitamos tratarnos con la misma bondad afectuosa con la que, habitualmente, tratamos a las personas amadas...Alice D. Domar

¿Sientes que algo te falta? ¿Has perdido el interés en las cosas que antes te divertían? ¿A veces te dan ganas de quedarte dormida un año entero? ¿No te sientes del todo feliz? ¿Estarás loca? En realidad no es un asunto de locura, es mucho más factible que se deba a un cuadro depresivo.

Tienes una vida perfecta, o casi. Con tanto desempleo tú sí tienes trabajo; algo estresante y mal remunerado, pero bueno.. . Muchas de tus amigas están divorciadas o son madres solteras. Tu matrimonio en cambio, ya llegó a la década; aunque está cíclicamente en crisis y últimamente tu libido está por los suelos, pero bueno.. . Parece que la infertilidad está de moda, pero tú tienes dos preciosos hijos quienes, por cierto, no te dejan tiempo ni espacio para ti misma, pero bueno... En estos tiempos de tantas enfermedades raras, tú gozas de buena salud; salvo por esas gripas recurrentes, esos dolores de cabeza, esos kilitos de más, ese insomnio y esa colitis nerviosa, pero bueno.

En general, eres una persona perfectamente feliz, o casi. Salvo por esas tontas ganas de llorar que te dan por cosas tan extrañas como no encontrar lugar en un estacionamiento, o porque olvidaste las llaves del coche dentro de la cajuela, o porque tu marido no se dio cuenta de que te pintaste el cabello de rojo.

Y entonces, ¿por qué sientes que algo te falta? ¿Por qué has perdido el interés en las cosas que antes te divertían? ¿Por qué a veces te dan ganas de quedarte dormida un año entero? ¿Por qué no sientes lo feliz que eres? ¿Estarás loca?.

En realidad no es un asunto de locura. Aunque las contradicciones que a veces caracterizan nuestra percepción de la realidad podrían hacernos dudar de tan categórica aseveración, es mucho más factible que se deban a un cuadro depresivo. En su libro The Depressed Woman , Mina Weisman afirma que hay más mujeres que hombres que se deprimen, en una relación que oscila entre 2 x 1 y 3 x 1. Enfatiza como factores de riesgo el papel social de la mujer y el desempeño de un solo rol, el de ama de casa, o la doble jornada, como "condiciones femeninas que tienen consecuencias psicológicas que llevan a la depresión... siendo la discordia marital el evento más comúnmente reportado por las pacientes deprimidas".

Pese a ser una condición común entre las mujeres, muchas veces pasa inadvertida. Estamos tan acostumbradas a ver por los demás antes que por nosotras mismas, que solemos dejar en la última prioridad nuestros problemas, enfermedades y estados de ánimo restándoles importancia. Sentimos que no tenemos derecho a pedir tiempo fuera cuando estamos enfermas o cansadas, y la depresión tiene tan mala fama que preferimos evadirla, como si con ignorarla fuera a desaparecer.

Esto es una vana ilusión.
La depresión no se pasa como si fuera un leve dolor de cabeza. Es una enfermedad que, de no ser atendida, puede volverse crónica y en casos extremos poner en peligro incluso nuestra vida.

La depresión afecta a alrededor de 7.5 millones de mexicanos, y la cifra va en aumento. Lo más grave del asunto es que "más del 43% de los pacientes que tiene depresión también padecen de dolores físicos crónicos u otras enfermedades, por lo que frecuentemente la condición depresiva pasa inadvertida por las quejas físicas" para muchos médicos.

Por eso es importante que hagamos del cuidado de nuestra propia salud un hábito, que aprendamos a escuchar a nuestro cuerpo, a identificar nuestras necesidades, a leer nuestros estados de ánimo. Una persona sana emocionalmente es feliz porque es capaz de disfrutar de los placeres grandes y pequeños, de su vida cotidiana y sus altibajos, de su propia compañía y de la de los demás.

Según Louis Hay, la persona que sufre depresión siente mucha ira, cree que no tiene derecho a poseer algo y está llena de desesperanza. Para combatir esta enfermedad Hay recomienda establecer un nuevo patrón de pensamiento a través de la siguiente afirmación: "Voy más allá de las limitaciones y temores de las otras personas. Estoy creando mi vida".

Perdámosle el miedo a "la terapia" y démonos el regalo de un tiempo privado, un espacio de seguridad en donde encontrar claridad y paz interior. Opciones hay muchas y para todos los presupuestos: terapia personal, terapia de grupo, coaching y grupos de autoayuda.

Si crees que puedes estar deprimida, busca ayuda. Por ti principalmente, y también por los que te rodean, debes hacerte cargo de ti misma para que tu alma recupere esa sonrisa fácil que hace de la vida cotidiana un placer.

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